viernes, 3 de septiembre de 2010

Diciendole a aquellas.

Un buen día rebuscando entre las papeleras de reciclaje de muchas computadoras me encontré con algo interesante, no era un diario pero así lo parecía. Eran pequeños escritos de un joven estudiante universitario. Un simple muchacho que no tenía nada de qué quejarse, excepto por el hecho de sentirse solo, desesperado y abatido de tanto pensar en lo que nunca fue.
Tenía una carpeta en los documentos de su computadora llena con los e-mails que nunca envió. Llenos de nostalgia, llenos de sentimientos que nunca fueron retribuidos, y que nunca esperaron serlo.
Se decía día a día:”Yo reuniré los pedazos del rompecabezas, uno por uno, Para hacer el cuadro de nuestro encuentro y rearmarlo para hacer el de la despedida que nunca me diste.”
Preguntándose el por qué de las cosas el siempre caía en la misma conclusión:
“No se suponía que eso pasaba”.
“Cuando despierto, nada cambia, todavía infructuoso como en la vida misma
La misma repetición sin sentido”.
Me acuerdo en especial de uno que me movió el corazón; pero que nunca entendí a la perfección, uno que recitaba algo como: 
“Recogí del suelo ese estúpido cuadro, ese retorcido cuadro, que me parecía tan bonito”.
“En el camino yo recogí, mientras tropezaba, mientras pretendía ser fuerte, aquellos pedazos del rompecabezas, aquellos pedazos que todavía no se cómo encajan”. 
La fascinación por estos escritos me tomo por sorpresa, no podía parar de leerlos eran fascinantes. Luego se convirtió en una costumbre leerlos, día a día revisaba esa carpeta buscando un nuevo escrito, buscando en ellos el significado de la vida misma.
Sabía que tenía algo en mis manos que no podía, ni quería, dar a nadie más. Era algo que era tan rico en todo sentido pero no podía compartirlo al mundo. 
Cuando los pedazos del rompecabezas comenzaron a juntarse, mostrando sus verdaderos colores, creía entenderlo todo. Esos enceguecedores colores llenos de vibrante razón no me dejaban dormir.
Entre las cosas que leí me dejo sin respiración lo siguiente: 
“Trataba cada día de pensar en cómo hacer que el mundo me permitiera ser joven, en que las personas me dejen creer que el cemento del amor es mi corazón. En donde no tenga que excusarme por querer ser un maldito sentimental lleno de rencores contra los mismos sentimientos.
Quiero fluir lejos, llegar donde mi mente no pueda imaginar para así poder descansar de este martirio eterno que es el pensar. Pensar acerca del porque estoy en este mundo? Por que siento que mi vida es la misma repetición sin sentido? como si se tratase de una simple serie que fue sacada del aire por falta de audiencia.”
Los contornos pueden invertirse, el contraste es bonito; pero nunca se debe perder el sentido de lo que este joven trata arduamente de encontrar. Su búsqueda no es simplemente un destino. Es la búsqueda de su esencia de vida.
Que fascinado me encuentro no sé el por qué este joven navega tanto por las oscuras aguas de rio Estigia; pero me aprovecho de ello para enriquecerme. Es como esperar a un tío que viene de viaje con regalos y buenas historias. 
Cada día espero un nuevo texto en donde este muchacho me vaya mostrando sus avances, sus logros, sus decepciones, sus fracasos y sobre todo leer nuevamente esa reconfortante frase: “No esperare que el mundo me mueva yo daré mis propias vueltas”. 
Al leer mas y mas de estos documentos no puedo evitar mirar la línea de arranque de mi vida y cuestionarme el porqué todavía sigo allí.
Hoy he encontrado un texto a temprana hora en la mañana, ya me extrañaba que anoche no hiciera nada. Era corto pero muy conciso:
“Ya intentare recoger mis sueños algún día, y con ellos recoger las piezas del rompecabezas que tú me dejaste. Así construiré algún día el cuadro de nuestro encuentro y la imagen que hiciste de nuestra despedida.”.
Ya no puedo evitar preguntarme ¿quien es ella? Aquella por la que tanto llora tu alma joven venerado. Quien es la mujer que recubre de lujuria tus pesadillas y deja tu rompecabezas con espacios en blanco.
Ella es la culpable de que no obtenga la respuesta que tanto busco. Esa respuesta que me ha tenido 7 años en vela y que espero con la mayor de las ansias. Ella debe ser el motivo de tu falsa soledad.
Frases como:”quisiera verte, oírte, leerte, simplemente saber de ti” eran cada vez más comunes. Eran frases llenas de una simple gana de saber de la existencia de ella, no importaba el contenido solo importaba su propia existencia.
Un día en que lo note más animado que de costumbre lo vi escribir solamente esta frase: “Deseo que dejes de respirar si mis ojos no te miran nunca más.”
Un día por fin lo veo a él trabajando en algo diferente, está conectado a uno de esos famosos Messenger, clickeando desesperadamente una y otra vez el mismo nickname, hasta que por fin este se conecta.
ArManDo: “hola cuanto tiempo ^^”.
Ella responde: “Hola precioso, como estas?”.
ArManDo: “Lejos de ti”.
ArManDo: “Cansado, diciéndole a aquellas: "quisiera amarte pero no veo esa intención en ti.”
ArManDo: “Aunque herido y sollozando
ArManDo: “Sigo aquí por el simple hecho de que no puedo decirle a la persona que amo "te amo".”
ArManDo: “He pasado incontables noches sin decirlo”.
ArManDo: “Mascullándolo”.
ArManDo: “Pero hay algo que debo decirte^^”.
ArManDo: “Y esas cosas”.
ArManDo: “Jejejejejeje”.
ArManDo: “Perdona que este tan derivativo pero ando feliz perdido entre tanta emoción”.
ArManDo: “Decirles a mis amigos que no puedo expresar en palabras la alegría el júbilo de encontrarlos en este mundo inmenso”.
Ella responde: “que bien”.
ArManDo:” Sisisi…”.
ArManDo: “Muy largo lo sé”.
ArManDo: “Jajá
ArManDo: “Pero eso se nos pasara en vividos colores en nuestros recuerdos”
ArManDo: “Solo con un “do re mi”
ArManDo: “Pero recordemos ese tiempo donde nos dirigíamos hacia el frio y nos preguntábamos quejándonos donde esta esa luz cálida y estresante del verano?
ArManDo: “Mirando atrás solo veo el camino desde donde yo decaí y en el mis ojos estaban cubiertos de arena”.
ArManDo: “Siempre abriéndolos con una actitud tímida tratando de enfrentarte; pero nunca pude ser honesto. Recorriendo esas frases donde repetidamente marcaba esos momentos donde no podía ser directo contigo”.
ArManDo: “Odiaba esos días de soledad…”
ArManDo: “Donde parecía que amaba a las personas de la forma más superficial”
ArManDo: “Pero si se que un día esos sentimientos no se hacen realidad.”
ArManDo: “Siempre le podre decir “te amo” a esa persona a la que amo.”
ArManDo: “Eso es lo que más me emociona en el mundo….”
Ella responde: “Cansado de volar?”
ArManDo: “????”.
ArManDo: “No termino de entenderte, que dices??”.
Ella responde: “No trato de decir nada que no haya mostrado antes”.
Ella responde: “No entiendo porque tratabas de enamorarte en vano de todas ellas si simplemente no podías”
Ella responde: “Te sentías solo y triste; pero nunca pensaste que no es necesario sonreír para nadie, a veces es bueno solo sonreír para uno mismo.”
Ella responde: “Nunca pensaste en lo que yo veía y sentía cuando te veía tan solo y triste.”
Ella responde: “Simplemente obviaste al mundo y te guardaste en tus pensamientos.”
ArManDo:”Como puedes decir eso de mi? Yo te amaba… te amo”
Ella responde: “Ese sentimiento de soledad sigue arrasando”.
Ella responde: “Ya no lo sabré nunca más…”
ArManDo:”Pero nunca me diste a entender nada de eso”.
Ella responde:”No has podido entender todavía, verdad?”
ArManDo: “No sé de qué me estás hablando”
Ella responde: “En verdad podríamos enterrarlo todo con palabras vacías?”
Ella responde: “Lo dudo mucho.”
ArMando: “Las palabras son innecesarias, ellas solo hacen daño”.
Ella responde: “y tus pensamientos no me hicieron daño?”
Ella responde: “Tu solo te preguntabas que emociones debías sentir, el por qué de tu cobardía, mientras mi amor se marchitaba adentro, una flor que nunca fue regada clama a gritos por un amor que nunca ha de llegar.
Ella responde: “Ese amor ya ha muerto.”
ArManDo: “No es así, yo sigo aquí, todavía te quiero… creo que los años no me han aconsejado bien ^^”.
Ella responde:” Es difícil terminar con el complejo de inferioridad.”
ArManDo:”Que se yo?”. 
ArManDo: “Que podría saber yo?”.
ArManDo: “Que se puede saber solo de las apariencias?”.
Ella responde: “Tus armas no son tus palabras, y hasta ahora sé que no son tus pensamientos, son sencillamente tus emociones”.
ArManDo:”Esto definitivamente no ha terminado”.
Ella responde: “Esto sencillamente ya murió”.
Ella responde: “No se puede hacer más”.
Después de eso la computadora se apago. Hasta ahora no sé si fue esa la intención o simplemente se dio por un sentimiento. Pasaron meses sin que yo supiera nada de mi joven estrella que me dejaba cada día un pequeño consejo para seguir con estos calurosos días.
Al cabo de un tiempo se encendió su computadora, estaba emocionado, al fin podría leer las razones de su cobarde retirada; pero al contrario de lo que esperaba encontré esto: 
“Crónica de una luz apagada:
Este día solo me nace escribir sobre mis constantes críticas sobre la vida misma y las cuestiones de realidades enfrentadas; pero hay algo que me motiva más allá y me lleva a revelar el por qué de mi infructuoso resultado.
Mi error fue sencillo. Trate de armar mi rompe cabezas con las piezas equivocadas. Ninguna era de mi vida, eran simples piezas que recogía de la vida de los demás, dándoles mas importancia de la que deberían.
Así como el sexo, el destino también está sobrevalorado. Siento que cada vez que hablo de esto me enfrento a un judas que me vende por monedas de plata. La única solución a estar en la vida es tratar de armarla tu solo, con tus piezas.
Préstale mas atención a las cosas pequeñas, la vida está llena de ellas. No estudies demás los placeres simples de la vida. Cuando estés viejo y veas una foto tuya de joven dirás: “no era tan feo como yo pensaba”.
Aprovecha el corto tiempo en pensar y hacer no solo en pensar; ya que el camino para conseguir la paz interior, reside en finalizar las cosas que haz empezado.”

Me dejo con el rompecabezas desordenado, ya nada se veía igual, pero no podía ser que se diera por vencido, debía seguir su lucha en algún momento y cuando encienda su computadora y comience a escribir de nuevo me dará la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario