viernes, 3 de septiembre de 2010

Si tan solo pudiera llamarte por tu nombre.

Si te pudiera ver en mis sueños. Si te pudiera llamar entre ellos. Si tan solo pudiera tener lo que me hace falta para llegar a ti. Desearía poder llamarte por tu nombre; pero no lo recuerdo. Solo son un par de lágrimas que se precipitan por mi rostro. Las ultimas que quedan. Figura extraña que divaga en mis emociones, aparece de una vez. 
Sentirse rodeado de sentimientos ajenos solo me llena de culpa y nostalgia; pero no se dé que. No sé si es por una vida que ya no vivo. No sé si es por una vida que ya viví. No sé si es por una vida que nunca fue mía. Los rayos de la luna son la única cosa en común en todos mis sueños. Siempre apareces de entre ellos.
Cuando la luna está en su máximo esplendor, y rellena la habitación de una luz insoportable a la vista, allí llegas tú. Como siempre no te veo el rostro. Como siempre me sonríes. Como siempre tienes los brazos abiertos a mí en símbolo de fraternidad, de amor, de espera, de cariño, de simple añoranza. 
¿Son acaso recuerdos de una vida anterior los que me invaden los sueños? ¿Son acaso recuerdos robados de una de mis visitas a una mente ajena? No creo poder descifrarlo.
La única verdad es que existe en mí la necesidad urgente de sentirte a mi lado, y yo sin saber quién eres. ¿Eres acaso un fantasma generado por mi subconsciente?
Tu recuerdo me acosa como una jauría de perros de caza. La necesidad de ti es cada vez más fuerte y menos controlable. La necesidad de saber que existes cohíbe cualquier otra emoción que pueda sentir. 
¿Es acaso justo amar y no saber a quién amas? ¿Es acaso justo que me haya enamorado y no sepa quién es? ¿Es acaso justo que solamente la vea en sueños? ¿Es acaso justo que tenga miedo a dormir porque cada vez que lo hago no quiero despertar?

Que bendición tienen los que conocen el rostro de su deseo. La cara de su amor. La figura de su pasión. El estandarte de sus sentimientos. No saben cuánto los envidio y cuanto desearía ser como ustedes. Soy demasiado raro para el gusto ajeno y demasiado normal para mi gusto.
¿Sera por eso que mi mente ha creado un ídolo falso al cual quiero seguir? ¿A falta de Dios un amor me bastara? No lo creo.
Desde hoy maldigo el amor y todo lo relacionado a él. Porque ha sido el amor el que me ha llevado a todas estas sensaciones. Ha sido el amor quien me hace necesitarte. Ha sido el amor el que me hace sentir infeliz.
Si tan solo pudiera llamarte por tu nombre…

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